Fútbol y diplomacia en el franquismo. Las Eurocopas de 1960 y 1964

¿Por qué en sólo cuatro años, el franquismo pasó de prohibir jugar a la selección contra la Unión Soviética en la Eurocopa de 1960, a permitir albergar la edición de 1964 e imponerse a los soviéticos ante la presencia de Franco en el Santiago Bernabéu? Un investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, tras realizar un riguroso estudio, ha respondido a esta pregunta.

01.07.24

Las últimas declaraciones del futbolista francés Kylian Mbappé han vuelto a demostrar que fútbol y política siguen siendo viejos amigos. En cambio, volver la vista al pasado nos permite poner en la adecuada perspectiva histórica la relación entre la actual UEFA Euro Cup y los diferentes contextos políticos y sociales por los que ha transitado nuestro continente. El trabajo que han llevado a cabo dos investigadores, Juan Antonio Simón, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Julien Rieck, de la Martin Luther University of Halle-Wittenberg (MLU), demuestra cómo Franco utilizó el fútbol para reforzar su radical anticomunismo, así como su posicionamiento geopolítico al lado de los Estados Unidos en pleno contexto de Guerra Fría. Desde su origen, el régimen mostró una especial atención al control de todas las competiciones deportivas internacionales en las que participaban tanto clubes de fútbol como selecciones nacionales. Para conseguir el permiso oficial que les permitía poder competir fuera de España, o para que los clubes y selecciones extranjeras pudieran entrar en nuestro país, era imprescindible seguir un riguroso proceso administrativo en el que el Ministerio de Asuntos Exteriores y el propio Consejo de Ministros tenían siempre la última palabra.

En la primera edición de la Eurocopa en 1960, al combinado español le tocó enfrentarse en los cuartos de final con la Unión Soviética. El miedo al impacto que podría tener en la imagen del país una posible “derrota deshonrosa” contra el principal enemigo político, o la posibilidad de que el encuentro se utilizase para cualquier tipo de contestación popular frente a la dictadura, provocó la definitiva prohibición de las autoridades franquistas a conceder los permisos para que se disputasen dichos encuentros, y la consecuente eliminación. En cambio, según la investigación publicada en la revista The International Journal of the History of Sport,el análisis de la documentación consultada en los archivos de la FIFA y del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha podido confirmar que detrás de la decisión del franquismo también estuvo presente una clara intención de apoyar “la campaña antisoviética” que semanas antes había impulsado Estados Unidos, después del conflicto internacional provocado por el derribo del avión espía estadunidense U2. El encuentro frente a la Unión Soviética se convirtió en la ocasión ideal para confirmar al presidente Eisenhower que los españoles estábamos a su lado. Para Radio Moscú no existía ninguna duda: “una vez más se ha visto la desagradable cara del régimen franquista, tan fiel a Washington”.   

Desde el inicio de la Guerra Civil hasta la Eurocopa de 1964, Franco no permitió a ningún equipo o selección española de fútbol el poder enfrentarse contra los jugadores soviéticos. En cambio, cuatro años después de la retirada de la selección, el interés de la Federación por albergar la fase final de la segunda edición de la Eurocopa tuvo una inesperada respuesta positiva por parte del régimen, pese a la participación nuevamente de la Unión Soviética. En esta ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores Fernando Castiella y José Solís, ministro-Secretario General del Movimiento, convencieron a Franco de que el boicot anterior había sido un fracaso diplomático y que estos partidos podían ser una magnífica oportunidad para mostrar una imagen más agradable de España. Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo, también señaló en la reunión del Consejo de Ministros en abril de 1964 que estos partidos podían incluirse en sus planes para la celebración de los "25 años de paz".

El 21 de junio de 1964 la selección española se impuso por 2-1 al equipo soviético ante los 120.000 espectadores que llenaban las tribunas del Santiago Bernabéu (revista imágenes NO DO). La bandera de la hoz y el martillo ondeaba por primera vez en el estadio mientras el público aclamaba al dictador. En un contexto en el que la política exterior del franquismo tenía como una de sus prioridades buscar el acercamiento a los países de Europa occidental, para de esta forma conseguir lograr su deseada incorporación a la CEE, la Eurocopa de 1964 y el éxito del triunfo del equipo nacional se convirtió en un potente y atractivo mensaje propagandístico. Al día siguiente, el periódico francés L´Equipe abrió su crónica del partido con el titular “La Copa de la paz”.

Como señala el investigador de la UPM Juan Antonio Simón “la nueva estrategia de utilizar el deporte como herramienta diplomática sirvió al franquismo como contrapunto a las feroces críticas que las políticas represivas de la dictadura estaban recibiendo desde ciertos sectores de la opinión popular internacional.”

Juan Antonio Simón & Julian Rieck (2022): Football, Propaganda and International Relations under Francoism: The 1960 and 1964 European Nations Cup and Their Impact on the International Press, The International Journal of the History of Sport, DOI: 10.1080/09523367.2022.2082412