Día Mundial de la Diabetes

Un trabajo en el que ha participado la UPM muestra que someter a pacientes diabéticos e hipertensos a un programa de entrenamiento aeróbico mejora su atención y reduce su tiempo de respuesta a los estímulos.

14.11.2019

¿Puede el ejercicio físico ser una vía de prevención del deterioro cognitivo, especialmente en los pacientes hipertensos o diabéticos? Si tenemos en cuenta el resultado de un reciente estudio en el que ha participado la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la respuesta es sí.

Numerosas evidencias científicas han demostrado que una presión sanguínea elevada se relaciona con el deterioro cognitivo a todas las edades y que las capacidades cerebrales se ven afectadas de muy diferentes formas en los pacientes con diabetes.

“El estado hiperglucémico y la resistencia a la insulina que se produce en la diabetes mellitus puede conducir a déficits cognitivos causados en el cerebro por problemas micro y macrovasculares. Además, sabemos que la diabetes causa alteraciones en la conectividad anatómica cerebral que pueden derivar en déficits motores y cognitivos”, explica Rocío Cupeiro, del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de INEF-UPM y una de las coautoras del estudio. “Asimismo, el factor neurotrópico del cerebro, que tiene un importante papel en el mantenimiento de las neuronas y en el crecimiento y la generación de nuevas sinapsis decrece en la diabetes y las personas que padecen esta enfermedad tienen un riesgo un 65% mayor de padecer Alzhéimer”.

Aunque es sabido que el ejercicio físico tiene una importante influencia en la función cognitiva, dado que incrementa el flujo de sangre al cerebro e incrementa su oxigenación, todavía hay pocos datos sobre si la actividad física podría utilizarse como una estrategia para reducir el declive cognitivo en pacientes diabéticos e hipertensos.

Para comprobarlo, los investigadores sometieron a un total de 21 personas afectadas por diabetes e hipertensión a un programa específico de entrenamiento que evaluaron mediante la herramienta conocida como “sistema de evaluación y entrenamiento mental” (mental test and training system, MTTS por sus siglas en inglés) muy empleada para medir la repercusión del ejercicio físico en la salud cognitiva y mental de las personas.

Mejora el nivel de respuesta y disminuye el tiempo de reacción

Midiendo las respuestas correctas e incorrectas a los estímulos presentados por los investigadores, así como las reacciones omitidas (aquellas ocasiones en las que los pacientes no presionaron tecla alguna porque no identificaban ninguna de las imágenes mostradas como correcta) se constató que los niveles de atención y concentración mejoraron en personas con hipertensión y diabetes tras la intervención de ejercicio físico. El programa de ejercicio físico estuvo supervisado en todo momento por graduados en Educación Física (equivalente al grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de España), y tuvo una duración de 12 semanas, una frecuencia de 3 días/semana y consistió en ejercicio de fuerza o ejercicio cardiovascular. “Se obtuvieron mejoras especialmente en el grupo que padecía tanto diabetes como hipertensión, lo que sugiere este grupo tiene mayores posibilidades de mejoras cognitivas tras la práctica de ejercicio físico, que aquellos que solo padecen hipertensión”, explica Cupeiro.

“Nuestro trabajo sugiere que los programas de ejercicio llevan a que los pacientes perciban más estímulos y consigan mejores resultados en las pruebas. Estas mejoras en la atención y concentración son importantes para las personas diabéticas e hipertensas, ya que normalmente toman medicación en diferentes ocasiones durante el día, y deben ser cuidadosos con este control de la medicación. Además, estas mejoras pueden tener un impacto positivo en su socialización, mejorando su calidad de vida”. Por último, la ausencia de diferencias entre el grupo que entrenó empleando básicamente ejercicios de fuerza, y el que lo hizo entrenando de forma aeróbica, indica que ambos tipos de ejercicio físico pueden ser estrategias correctas para mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes tipo II e hipertensión arterial.

La importancia de este trabajo, financiado por la Fundaçao de Amparo à Pesquisa do Estado de Minas Gerais (Brasil), en el que han participado también investigadores de la Universidad Federal de Viçosa en Mina Gerais y que ha sido publicado en The World Journal of Biological Psychiatry, radica en su carácter innovador.

“Hasta el momento no se disponía de datos relacionados con el nivel de respuesta a estímulos de los pacientes con diabetes e hipertensión tras la realización de un programa de ejercicio físico, por lo que aunque tenemos que seguir avanzando en este sentido, los resultados son relevantes como base para futuras investigaciones”, concluye la investigadora de INEF.