Fallece el profesor Carlos Sánchez Tarifa
Carlos Sánchez Tarifa, que fue catedrático de Propulsión por Reacción Aérea y Espacial de la UPM y director de la ETSI Aeronáuticos de 1981 a 1985, falleció el pasado 12 de enero.
Ingeniero Aeronáutico desde 1947 y Doctor Ingeniero Aeronáutico desde 1960, desarrolló su carrera profesional en torno a los tres ejes fundamentales: la investigación, la docencia y la ingeniería, bajo el denominador común de la propulsión. En este campo, se ha considerado a Carlos Sánchez Tarifa como el “padre de la propulsión aeroespacial española”, destacando su participación en el INI-11, el proyecto del primer motor a reacción que se construiría en España y en el que este ingeniero salmantino tenía el cometido del diseño aerodinámico.
Inició su profesión en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial “Esteban Terradas”, donde realizó estudios de técnicas de motores de reacción y del que llegó a ser director de los departamentos de Investigación y Estudios Avanzados y de Energía y Motopropulsión. También trabajó en el desarrollo del motor para el avión europeo de combate EF 2000, en SENER, donde fue ingeniero jefe.
En la ETSI Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid sus funciones docentes se adscribieron a su trabajo como catedrático de Propulsión por Reacción Aérea y Espacial (1961-1988). Fue subdirector de Investigación y Doctorado, de 1974 a 1981, y director este Centro de 1981 a 1985.
Miguel Ángel Gómez Tierno, actual director de la ETSI Aeronáuticos, reconoce la importancia de Sánchez Tarifa en el progreso de la propulsión aeroespacial y recuerda “el privilegio que supuso tenerle como profesor de Aerorreactores”.
Reconocimiento a su trayectoria
Coincidiendo con su nonagésimo cumpleaños, el 11 de marzo de 2011, Sánchez Tarifa fue homenajeado en la ETSI Aeronáuticos en un acto organizado conjuntamente por la UPM, INTA y SENER y una exposición sobre su trayectoria. Se elogió su amplio conocimiento científico, su carácter pionero y su desbordante imaginación y entusiasmo.
Amable Liñán, compañero en el “Grupo de Combustión” en el que Sánchez Tarifa era el responsable de la actividad experimental, quiso demostrar “cuánto le debemos todos los ingenieros por sus contribuciones importantes y singulares a la excelencia en la propulsión y la combustión, ya que se encargó de impulsar en España el conocimiento y el desarrollo de los nuevos sistemas de propulsión de aquel momento”. Esto fue posible, en palabras de Liñán, “por su carácter nada dado a doblegarse ante los retos, que le llevó a tomar decisiones afortunadas para la ingeniería”.