Jesús Rivilla, preparador físico de la Selección Española de Balonmano, y Santiago López, Campeón del Mundo junior, comparten algo más que su pasión por este deporte: su pertenencia a la comunidad UPM.
Comenzó a practicar balonmano en el colegio, en Alameda de Osuna, y hoy Santiago López juega en la división de plata y ha conseguido un campeonato del mundo con la selección española en la categoría junior. Interesado por la ciencia, comenzó a estudiar Industriales al ser una carrera “muy generalista”, que le ha permitido profundizar en algunos campos antes de elegir especialidad, en su caso, energía.
Por su parte, Jesús Rivilla “siempre fue INEF”. Este profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte recuerda que desde muy pequeño había algo que le empujaba hacia el ámbito del entrenamiento. Hoy compatibiliza su labor docente en la Politécnica de Madrid con su actividad como preparador físico de la selección española de balonmano.
Pregunta.- Santiago, ¿cómo fue conseguir el campeonato mundial de balonmano?
Respuesta.- Mi sueño era poder simplemente jugar un partido con la selección, y lo que he alcanzado este verano ha sido algo que no había llegado a pensar. Además, la manera en que se produjo, con mucha épica, en la prórroga y en el último segundo, le da un valor que hace que sea algo que no voy a olvidar nunca.
P.- Jesús, ¿en qué consiste su labor como preparador físico de la selección?
R.- Me encargo de la coordinación de las categorías inferiores. El jugador español de forma característica tiene una serie de fortalezas: el carácter, la creatividad, la buena toma de decisión, la respuesta en las situaciones de estrés… Pero también, de alguna manera, tenemos una carencia con respecto a otros países, que es lograr que el desarrollo físico de nuestros deportistas sea el máximo posible. Por ello, nuestra obsesión en el último año ha sido tejer un modelo que vaya desde el trabajo de base hasta la selección senior, intentando poner pieza por pieza cuáles son los aspectos más importantes que un deportista desde su formación debe tener en cuenta para lograr un desarrollo físico como el que pretendemos que tenga cuando llegue a categoría senior. Que no es nada fácil, porque en balonmano la exigencia física es muy relevante.
“El deporte en general es beneficioso”
P.- ¿Cómo compaginan la labor en la UPM con su dedicación deportiva?
Santiago.- Sacando tiempo de donde sea, y sabiendo cuál es la prioridad ante todo, que los estudios no los puedo dejar de lado ahora mismo. Es cierto que los resultados se ven afectados por el tiempo que inviertes en este nivel de competición, pero también creo que el deporte en general es beneficioso. Muchas veces me preguntan que cómo lo hago, si no estoy cansado después de entrenar, y a mí me ocurre lo contrario: cuando vengo de entrenar, estoy activo, despierto y casi con más energía para ponerme a estudiar o trabajar.
Jesús.- Tienes que tener claro qué es lo primero, cuál es la prioridad que tienes que sacar adelante. Y en segundo lugar, sería incoherente no admitir que cualquier objetivo que te propongas conlleva renuncias que tienes que asumir.
Santiago.- Lo que creo que hace falta sin duda también es vida social. En el sentido del apoyo y los momentos de desconexión con tus amigos y familiares. Si ellos, es más difícil de sobrellevar. Es un apoyo muy importante y que marca un poco la diferencia.
Jesús.- Es verdad. Yo entiendo que el entorno es un potenciador o un lastre.
P.- Jesús, ¿qué aporta su labor profesional a la docencia y viceversa?
R.- En realidad creo que son dos caras de la misma moneda. El hecho de vivir el día a día en el ámbito profesional y que te lo puedas traer aquí, a la docencia, para el alumno es tremendamente útil. Y entiendo que para mí también me da un plus de creer en lo que estoy transmitiendo, porque es algo que he visto en la práctica. Al mismo tiempo, todo aquello que me da la casa, el conocimiento, la evidencia científica, el saber cuál es la teoría de partida de cada estrategia, también aporta al entrenamiento. La docencia en INEF ha sido tradicionalmente compatibilizada con el ámbito profesional deportivo y me parece un acierto.
“Intenta valorar las situaciones estresantes como situaciones que te piden dar tu mejor versión”
P.- ¿Cómo afrontan una situación de estrés?
Jesús.- Yo tengo claro que puedes disfrutar del estrés. Es decir, que si entiendes que el estrés puede ser una oportunidad para dar lo máximo, obtener aprendizajes que no obtendrías en otras condiciones, de repente el estrés se convierte en una ayuda más. A veces el estrés en horario te conlleva que tengas mucho más claro qué es lo primero y qué es lo segundo, y para mí ese aprendizaje ya no tiene precio. Cuando veo a algún alumno estresado, mi mensaje siempre es ése: intenta valorar las situaciones estresantes como situaciones que te piden dar tu mejor versión.
P.- Como docente, ¿qué consejo daría a un estudiante que a su vez es deportista de alto rendimiento?
Jesús.- Entiendo que desde nuestra parte, desde el profesorado, deberíamos empatizar muchísimo con esa situación. Por supuesto, no estoy hablando de disminuir la exigencia, pero sí de realizar las adaptaciones oportunas, es decir, fechas de exámenes, recuperación de determinadas clases, etc. Si nosotros no le damos valor a alguien que está trabajando en un ámbito tan complejo y a la vez tan beneficioso como el alto rendimiento, ¿quién se lo va a dar?
P.- ¿Y qué opina del deporte universitario?
Jesús.- Yo creo que al deporte universitario habría que darle una vuelta de tuerca. Para mí es importante que se valorice de verdad. Una actividad que sabemos por evidencia científica que mejora la salud física y mental, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo, la determinación, la perseverancia, etc. No puede ser que tengamos claro que el ejercicio es medicina física y mental, y que al mismo tiempo lo tratemos como una afición casi de segunda.
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