Asunción Gómez Pérez ingresa en la RAE para ocupar la silla q

En su discurso, Inteligencia artificial y lengua española, ha puesto de manifiesto el papel crucial de la RAE a la hora de entrenar a la IA en el uso correcto del español.

22.05.23

Asunción Gómez-Pérez, catedrática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid y actualmente vicerrectora de Investigación, Innovación y Doctorado, experta en inteligencia artificial y lenguaje ha ingresado como miembro de número de la Real Academia Española (RAE) para ocupar la silla q, vacante tras el fallecimiento de Gregorio Salvador el 26 de diciembre de 2020.

El acto de ingreso de la nueva académica ha estado presidido por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. En él Gómez-Pérez ha leído el discurso titulado Inteligencia artificial y lengua española, donde ha puesto de manifiesto la integración entre la lingüística y las ciencias de la computación, una tecnología que está transformando el uso y el estudio de nuestra lengua. Asimismo, ha destacado el papel crucial de la RAE a la hora de entrenar a la inteligencia artificial en el empleo correcto del español.

El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, le ha dado la bienvenida en nombre de la corporación, una situación de especial relevancia, ya que desde hace más de noventa años no sucedía que un director de la Academia contestara personalmente a un nuevo académico.

La decisión del actual director de contestar el discurso de Asunción Gómez-Pérez se debe a la novedad tan relevante que supone para la RAE la incorporación de una experta en inteligencia artificial, y la consiguiente utilización para el trabajo académico de una tecnología que tendrá una incidencia de enorme envergadura en la normativa y el uso de la lengua. El interés de la institución en el estudio de la IA aplicada al lenguaje se materializa en el proyecto LEIA (Lengua Española e Inteligencia Artificial), liderado por la RAE desde 2019, entre cuyos principales objetivos se encuentra que la inteligencia artificial hable y piense en español, y que lo haga correctamente.

El Pleno de la Real Academia Española eligió como académica a Asunción Gómez-Pérez en la sesión del 7 de abril de 2022. Su candidatura fue presentada por los académicos Luis Mateo Díez, Pedro R. García Barreno y Salvador Gutiérrez Ordóñez.

Inteligencia Artificial y Lengua Española

Licenciada en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid y doctorada en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, en su discurso de ingreso, Inteligencia artificial y lengua española, Asunción Gómez-Pérez ha confesado su «profunda sorpresa, gratitud y alegría» por ingresar en la institución como miembro de número. Como es tradición, ha tenido un especial recuerdo a su antecesor en su plaza, Gregorio Salvador, en el que ha hecho repaso de su trayectoria y ha confesado: «Para mí es una gran responsabilidad tratar de relacionar el trabajo de mi predecesor —experto en lexicología y dialectología, filólogo, ensayista y crítico— con las futuras tareas de su sucesora —la inteligencia artificial, ontologías y lenguaje—».

Gómez-Pérez también ha manifestado que ingresar en la RAE supone un inmenso privilegio que nunca soñó alcanzar, a la vez que un reto y una enorme responsabilidad al ser la primera doctora en Informática, especialista en inteligencia artificial, que formará parte del Pleno. Además ha añadido: «Mis aportaciones han de ir encaminadas a poner la inteligencia artificial al servicio de la lengua española, pero también a que los materiales de la Academia estén en los formatos de la inteligencia artificial».

La académica ha repasado los dos tipos de inteligencia artificial que se identifican: la general y la específica. «La inteligencia artificial general es aquella que puede imitar por completo todas las capacidades relacionadas con la inteligencia. En nuestros días, no existe esta superinteligencia artificial que sea capaz de resolver todas las tareas; al contrario, existen muchas inteligencias artificiales específicas que resuelven actividades concretas de forma muy satisfactoria», ha explicado.

«Aprender y razonar son los dos grandes pilares de la inteligencia artificial. El siglo XXI ha traído novedosas infraestructuras con importantes avances en los procesadores. Estas mejoras han permitido el aprendizaje de modelos numéricos a partir de grandes cantidades de datos utilizando técnicas estadísticas, y también el aprendizaje profundo», ha desarrollado después. «El objetivo del procesamiento del lenguaje natural es la creación de métodos, técnicas y recursos computacionales que permitan a las máquinas “tratar” el lenguaje humano, tanto comprenderlo como generarlo».

Asimismo, ha querido destacar la importancia de la ética en la IA: «En el año 2018, la Comisión Europea propuso una inteligencia artificial que beneficie a las personas y a la sociedad en su conjunto. Un año más tarde, presentó unas directrices éticas para una inteligencia artificial fiable. Está previsto que España sea pionera por el proyecto piloto que identificará buenas prácticas, que permitirán a las Administraciones públicas y a las empresas implementar la nueva regulación europea en los sistemas de inteligencia artificial».

La RAE frente a los retos de la inteligencia artificial

Asunción Gómez-Pérez ha recordado que «en 1993 Lázaro Carreter impulsó en la Academia un ambicioso plan para incorporar las tecnologías informáticas. En 2019, casi treinta años después, el actual director, Santiago Muñoz Machado, impulsa un novedoso plan para introducir la inteligencia artificial en la institución, un plan que se materializa en el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (conocido como LEIA). LEIA tiene como fin cuidar el uso de un correcto español en los medios tecnológicos, y así evitar que se pierda la unidad que permite que más de 585 millones de personas puedan comunicarse en nuestra lengua sin dificultades».

La experta en IA se ha preguntado cómo puede la RAE normativizar la lengua de las máquinas cuando son producto de una inteligencia artificial y cómo puede ayudar la inteligencia artificial a la Academia en su misión de observar el cambio que experimenta la lengua española.

Para lograr estos objetivos, Gómez-Pérez ha enunciado una serie de propuestas. Entre ellas, incorporar los materiales de la RAE en el espacio europeo de datos lingüísticos, ya que conviene que «las máquinas que usan la lengua española sean entrenadas con materiales lingüísticos fiables».

Asimismo, propone crear modelos de lenguaje en español, para lo que es crucial contar con un gran corpus de textos que permita aprender el vocabulario en él utilizado y la relación entre las palabras que lo conforman, y destaca como necesaria la gobernanza de los materiales lingüísticos.

Además, plantea la creación de una plataforma software para la inteligencia artificial «que proporcione a desarrolladores externos unas interfaces de programación de aplicaciones basada en estándares, muy detalladas y bien documentadas, con servicios básicos de acceso, que permitan la recuperación y la consulta de los materiales en formatos propios de la casa».

Su quinta propuesta incluye «incorporar más inteligencia artificial en los procesos productivos de la RAE para agilizar sus tareas cotidianas». Y, en relación con esto, considera que el sistema de consultas lingüísticas de la RAE es una gran fuente de información, además de especificar los beneficios de tener un verificador lingüístico en línea para el español y un observatorio también en línea del sistema lingüístico del español.

La novena propuesta recoge la necesidad de elaborar una metodología consensuada «que guíe el proceso de evaluación comparativa y de auditoría de los materiales y tecnologías del lenguaje en español». Así se podrían identificar los riesgos de los grandes modelos de lenguaje para evitar sesgos o posibles casos de discriminación. «Si los corpus utilizados en el entrenamiento de los modelos presentan errores repetitivos en el léxico, el modelo de lenguaje aprenderá dando por buenos los errores», ha señalado.

La décima propuesta incluye la creación de un marco de colaboración estable entre numerosos agentes. Ha especificado que «junto a la Real Academia, deberían participar las Administraciones públicas, las grandes empresas tecnológicas, las pequeñas y medianas empresas, las universidades, los centros de investigación e innovación, así como los centros de enseñanza media y de formación profesional».
Para concluir, Asunción Gómez-Pérez ha asegurado que «la Academia debe considerar cómo llevar a cabo su misión para conocer y supervisar el uso del español en el mundo digital, y a la vez actuar para ofrecer sus materiales, con las licencias que corresponda, para que la inteligencia artificial use correctamente la lengua española».

La intervención del director de la RAE

Hace más de noventa años que un director de la RAE no retenía la responsabilidad de responder al nuevo académico en su ingreso. La entrada en la institución de la primera persona especialista en inteligencia artificial y doctora en Informática supone una novedad tan relevante para el trabajo académico que el actual director, Santiago Muñoz Machado, se ha encargado personalmente de dar la bienvenida a la experta cuya área de especialidad tendrá una incidencia de gran envergadura en el uso de la lengua.

«La materia sobre la que ha disertado la profesora Gómez-Pérez es radicalmente nueva en esta Casa, como lo es la propia tecnología que sostiene la denominada inteligencia artificial. Sabemos todos muy poco sobre lo que sus aplicaciones pueden depararnos, pero tenemos la percepción de que abren un horizonte revolucionario para el uso y la regulación de la lengua, tan retador y apasionante para la Real Academia Española que me atrevo a afirmar que entramos en una segunda era de su vida institucional», ha explicado el director.

En su intervención, Muñoz Machado ha destacado las enormes posibilidades de progreso que supone la IA, pero también sus riesgos: «Es evidente que habrá que establecer límites jurídicos y éticos para la protección de valores y derechos, sea por la vía de la autorregulación o por medio de la regulación».

En este sentido, el director ha recordado que «la lengua es el valor principal de la cultura de los pueblos y el español lo es de una comunidad que incluye a casi seiscientos millones de personas. Un deterioro de la calidad, la capacidad expresiva, la belleza o la unidad del español a cuenta de los desarrollos de la inteligencia artificial sería una lesión cultural de primer orden». Le preocupa, por tanto, que «se establezcan estándares poco exigentes para el lenguaje de las máquinas» o que se generen dialectos digitales que fragmenten la unidad del idioma.

El proyecto LEIA, puesto en marcha en 2019, trabaja con las principales empresas tecnológicas y las Administraciones públicas para que esto no suceda. Además, Muñoz Machado ha subrayado que «la mejor opción que pueden seguir los Estados y la Unión Europea es regular la IA lo antes que sea posible», así como garantizar un lenguaje claro que no menoscabe los derechos fundamentales.

Para finalizar, el director de la RAE ha repasado el currículum de la nueva académica destacando la «evolución y progresión profesional extraordinaria» de la experta en inteligencia artificial.