Estudiantes de la UPM ayudan a 15 familias vulnerables a ahorrar energía

Veinticinco alumnos de esta universidad madrileña han diseñado planes personalizados para las familias que les permitirán mejorar sus hábitos de consumo y combatir la pobreza energética.

12.06.2017

Ayudar a 15 familias a optimizar sus recursos y el uso que hacen de la energía en sus hogares mediante el diseño de un plan educativo personalizado. Ese es el objetivo de una iniciativa puesta en marcha por la  Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Fundación Tengo Hogar, la Fundación Vía Célere y el Grupo Saint-Gobain en el ámbito del Máster en Eficiencia Energética, Edificación, Industria y Transporte de la UPM.

El programa, en el que han participado los 25 alumnos del Máster, permitirá mejorar la calidad de vida de 52 personas vulnerables, en riesgo de exclusión social, actualmente alojadas en 15 viviendas de la Fundación Tengo Hogar.  Para ello, los estudiantes han auditado las condiciones de eficiencia energética de las familias y han diseñado un programa educativo que les ayudará  a optimizar sus recursos energéticos y sus hábitos de consumo.

Como parte de la iniciativa, alumnos y profesores han propuesto también  la intervención directa en alguno de los inmuebles para su rehabilitación energética, para lo que cuentan con el compromiso de actuación de las empresas colaboradoras.

“El proyecto se plantea desde un modelo educativo innovador, basado en el aprendizaje-servicio, en el que se fomenta asimismo el autoaprendizaje y el trabajo en equipo. Los estudiantes han acogido la iniciativa con una ilusión y un entusiasmo desbordantes. Ha sido para ellos un gran reto, les ha planteado una nueva forma de aprender y visibilizar el impacto de su trabajo, que ya ha generado beneficios tangibles y especialmente una gran satisfacción para todos los implicados”, explica el profesor Justo García Navarro, coordinador y principal promotor del proyecto.

Por su parte, las familias beneficiadas aseguran “haber aprendido mucho con las visitas de los alumnos, que actuaron en todo momento de manera muy profesional, y nos ha permitido conocer nuevas formas de ahorrar en nuestro consumo diario”.

El Grupo Saint-Gobain, colaborador del proyecto, contribuyó a la formación de los alumnos y premió los mejores trabajos. Pedro García San Miguel, alumno ganador por su trabajo individual, aseguró: “Nos dimos cuenta de que los usuarios que visitamos están muy concienciados. Son personas que viven al céntimo y que se fijan mucho en sus gastos, aunque algunas de las medidas de ahorro energético que les propusimos les sorprendieron mucho. Ha sido una experiencia muy positiva, tanto para los alumnos como para las familias”.

Para la Fundación Vía Célere, una de las fortalezas de este proyecto es la alianza formada entre agentes educativos, sociales y empresas que ha permitido desarrollar una metodología participativa replicable y escalable.

“La combinación de formación técnica y compromiso social, en un espacio de colaboración universidad-empresa-administración-agentes sociales, hacen que esta iniciativa sea una experiencia única y singular. Con la colaboración de las empresas implicadas en el proyecto y la participación de los alumnos, se podrá mejorar significativamente la calidad de vida de algunas de estas familias”, concluyen los promotores de la iniciativa.