El profesor Leonardo Fernández Jambrina, premio UPM por sus innovadoras experiencias docentes

Modificar un modelo de aprendizaje pasivo y estimular la interacción presencial entre el profesor y el estudiante. Con ese objetivo trabaja este catedrático de la ETSI de Navales, que ha recibido el premio UPM de Innovación Educativa.

08.02.17

El profesor Leonardo Fernández Jambrina ha orientado buena parte de su actividad docente al desarrollo de iniciativas innovadoras para facilitar el estudio a su alumnado de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). En 2002 publicó su primera asignatura íntegramente online y, desde entonces, ha profundizado en una línea de trabajo que ha sido reconocida por la UPM con el Premio de Innovación Educativa 2016.

Leonardo Fernández Jambrina es licenciado en Ciencias Físicas y en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense, además de doctor en Ciencias Físicas por esta misma universidad. En 1997 comenzó su labor docente en la UPM como profesor de Matemática Aplicada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales. Desde  2016, es catedrático en este centro.


leonardo

Su investigación se ha orientado al Diseño geométrico por ordenador y la Teoría de la relatividad general, campos en los que ha publicado numerosos artículos e impartido comunicaciones en congresos internacionales. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Gravitación y Relatividad  y director del Departamento de Ciencias Aplicadas a la Ingeniería Naval de la UPM.

En el ámbito de la innovación educativa, ha focalizado su actividad en el desarrollo de materiales online e interactivos que posibilitaran el autoaprendizaje de los estudiantes en asignaturas de matemáticas, según su ritmo y horarios. Algo que ha contribuido a descargar de contenido teórico la clase en el aula, además de estimular la interacción presencial entre el profesor y los estudiantes  para resolver dudas y el trabajo individual o en grupo bajo su tutela.

Por esta labor, junto al reciente Premio de la UPM, obtuvo en 2015 el primer Premio en los VIII Premios Ministerio de Educación-Universia a la iniciativa OpenCourseWare, por la asignatura “Ecuaciones Diferenciales”. Con anterioridad, en 2010, recogió un accésit en el área de Ciencias en la III edición de los mismos.

PREGUNTA.- ¿Qué significado tiene para usted el concepto  “innovación educativa?

RESPUESTA
.- Modificar un modelo de aprendizaje pasivo que no funciona: el profesor en la pizarra y los alumnos tomando apuntes sin entender mucho, ya que no acostumbran a llevar al día las asignaturas. Para empezar provocando, la clase magistral suele ser una pérdida de tiempo para la mayoría de los alumnos. Es un pacto entre el profesor, que sabe que está llegando a pocos alumnos, y los alumnos, que toman apuntes lo mejor que pueden. Yo, como alumno, me perdía a los diez minutos de comenzar la clase. En la Facultad de Matemáticas me fue mejor. Aprendí mucho del profesor Joaquín Arregui, catedrático de Topología, que nos ponía a trabajar la segunda parte de la clase y estaba pendiente de lo que hacíamos.

P.- Entendió muy pronto las posibilidades del aprendizaje online, ¿ve entre ellas que los estudiantes entiendan y asimilen mejor el contenido de la asignatura?

R.
- Mi propósito es no restringir el aprendizaje al aula y que cada alumno pueda configurarse su propia agenda de trabajo, permitiendo que los materiales docentes estén disponibles en todo momento.

P.- Se ha centrado en gran medida en la elaboración de materiales online e interactivos. ¿Qué resultados ha obtenido?

R.-
 En este curso hemos parado el descenso de las tasas de éxito, recuperando niveles de hace tres años. Los alumnos suelen valorar muy bien estas iniciativas. Hace dos años hice unas encuestas y valoraban los materiales online por encima de mis clases, la biblioteca, los libros de consulta, los apuntes y las academias.

Una apuesta por el aula invertida


P.-  Frente a la asistencia personal en el aula, ¿qué ventajas ofrece la enseñanza online para el estudiante? ¿Se optimiza el aprovechamiento de las clases? ¿Cómo influye en su rendimiento?

R.- Mi apuesta es por el aula invertida. Al sacar los contenidos del aula, tenemos más tiempo en ella para trabajar, consultar dudas. Así, el alumno tiene plena libertad para organizar su aprendizaje. Hay algunos que se conectan a horas intempestivas.  Esta flexibilidad supone que más alumnos pueden seguir la asignatura a su ritmo.

P.-  ¿Cuáles son los inconvenientes, si es que ve alguno?

R.- Exige disciplina por parte del alumno. Hay que venir a clase habiendo leído o visionado los materiales del día. Si no se hace, es absurdo asistir a clase. También hay quien saca la tableta y los auriculares y aprovecha para visionarlos en clase.

P.- Desde su experiencia, ¿cree que están agotadas las posibilidades de las herramientas online o tienen aún un interesante futuro?

R.
- En absoluto. El vídeo hace más agradable la exposición, ya que se puede parar o rebobinar sin incomodar al profesor. Pero es que, además, se pueden incorporar herramientas interactivas como GeoGebra, Sage… que no dejan de mejorar.

P.-  ¿Qué requisitos ha de tener la enseñanza online para que tenga calidad?

R.
- Fundamentalmente, el rigor de los contenidos. Luego, los materiales deben ser lo más autocontenidos que se pueda. No dar nada por sentado.

P.- En la comunidad educativa hay divisiones en relación a cómo se percibe este sistema. Para algunos, el sistema no garantiza un buen acompañamiento profesor-alumno, lo que puede provocar la deserción o abandono del estudiante. ¿Cómo ha sido su experiencia?

R.- Al contrario, el aula invertida fomenta una relación más directa entre alumnos y profesor, al fomentar que surjan las dudas durante la clase presencial. Eso sí, el absentismo es alto, dado que muchos consideran, si los materiales online son buenos, que no necesitan nada más.

Profesor-estudiante, una relación que  ha ganado en confianza mutua


P.-  ¿Cómo ha influido en la relación personal profesor-alumno?

R.- Creo que hemos ganado en confianza mutua. Al menos, con los que asisten a clase.

P.- ¿Sustituirá algún día a la presencial? ¿Llegarán a ser  todos los campus virtuales?

R.
- Al contrario. Refuerza la clase presencial, si se apuesta por el aula invertida. De hecho, hay universidades que tienen profesores presenciales con materiales MOOC de otras universidades.

P.- Las matemáticas son su materia de conocimiento y, por tanto, su campo docente. Son una disciplina especialmente adecuada para la enseñanza virtual?

R.-
Absolutamente. Muestra de ello es que los tres premios de la UPM en esta edición han recaído en profesores de matemática aplicada. Es una de las materias para las que hay más aplicaciones docentes y materiales.

P.- La falta de vocaciones científicas entre los jóvenes es una evidencia no sólo en nuestro país. ¿Cree que el sistema de enseñanza online puede servirá para hacer más asequibles y por tanto más asequibles los estudios de ingeniería?

R.-
Es fundamental que existan buenos materiales en abierto. Yo no doy asistencia técnica de mis materiales, salvo cuando imparto un curso o un MOOC, pero a menudo hay gente que me escribe preguntando por mis materiales, especialmente desde América.

P.- El “docente online” requiere una preparación especial para adaptar su docencia a este sistema o es cuestión de sensibilidad?

R.-
Más bien diría que es una cuestión de iniciativa, más que de sensibilidad.